lunes, 28 de junio de 2010

CUADERNO DE BITÁCORA

Mi nave se acerca al puerto de destino y la tripulación se encuentra cansada y ansiosa por un merecido descanso. En unos días, me detendré en algunas tribulaciones, aventuras y desventuras que he de reseñar de esta larga travesía.


Antes, quiero rellenar este cuaderno de bitácora con varios hechos sucedidos desde la última vez que mojé la pluma en el tintero. La primera, celebrar el segundo anillo consecutivo de la NBA, back to back que dicen los yankis, que ha conseguido el gran Pau Gasol, derrotando mis queridos Lakers a los verdes Celtics, que entre sus filas cuentan con tres futuros Hall of Fame: Kevin Garnett, Paul Pierce y Ray Allen, y una joven estrella Rajon Rondo. Por parte de los morados juegan los ya habituales Kobie Bryant, Pau Gasol, Lamar Odom, Dereck Fisher, Andrew Bynum y la nueva adquisición, Ron Artest. Cuando el año pasado ganarón el primer anillo me dió muy buen rollo y confianza frente a mi examen de oposición, y este segundo anillo me trae buenas vibraciones en cuanto al futuro próximo.

Triste fue la despedida del gran literato luso, José Saramago. Se nos fue en Lanzarote donde residía desde hace dos décadas envuelto en tranquilidad y serenidad. Saramago fue un activo pacifista hasta sus últimos días.

De Dios opinó: No creo en dios y no me hace ninguna falta. Por lo menos estoy a salvo de ser intolerante. Los ateos somos las personas más tolerantes del mundo. Un creyente fácilmente pasa a la intolerancia. En ningún momento de la historia, en ningún lugar del planeta, las religiones han servido para que los seres humanos se acerquen unos a los otros. Por el contrario, sólo han servido para separar, para quemar, para torturar. No creo en dios, no lo necesito y además soy buena persona.

Sobre la violencia dijo: ¿Qué clase de mundo es éste que puede mandar máquinas a marte y no hace nada para detener el asesinato de un ser humano?

Y para despedirnos, recordar que en Wimbledon se jugó el partido más largo de la historia, tras 11 horas y 5 minutos de juego el ganador resultó ser el americano John Isner por 70-68 en el quinto set, derrotando al galo Nicolas Mahut. Después de tres días de partido entre aplazamientos y descansos, el americano jugó la siguiente ronda sólo una hora y media después de acabar el maratoniano partido, resultando derrotado en sólo 68 minutos.