A día de hoy su ecosistema submarino ha recuperado su plenitud e incluso se ha enriquecido, para lograr un nuevo equilibrio tuvo que producirse un desequilibrio a modo de pequeño big bang.
Cuando depende de la acción del hombre la recuperación de un accidente o catástrofe natural, véase terremoto, tsunami, lluvias torrenciales, etc, cuesta Dios y ayuda pues la burocracia y los intereses personales y capitales siempre entorpecen la acción humanitaria. Nuestra Madre Tierra cuando depende de sí misma, se recupera e incluso se enriquece ante un desequilibrio.
La Naturaleza es sabia.
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