Era domingo por la mañana. Hace unos 25 años.
Mi padre, rey de los piratas, me acompañaba a la escuela de grumetes donde tenía que jugar al fútbol sala con el equipo.
Me rodeó con su brazo y me dijo que tenía que decirme algo importante, un gran secreto.
-No hace falta papá. Ya lo sé -le dije ahorrándole el mal rato.
-Lo sabes? -me preguntó un poco como tiro al aire.
-Sí, pero no quiero que me lo digas tú. Al Chiky no se lo diré. Guardaré el secreto -él me miraba sin pestañear.
-Yo quiero seguir creyendo en los Reyes Magos.
Desde aquel día, cada 6 de enero intento que los Reyes no séan sólo los padres.
En mi familia, los Reyes Magos son también los hijos.
¡¡Me has hecho llorar capullo!!
ResponderEliminarChiky